dijo la cabra:

saber mirar es como hacer fotos sin cámara,"mírame"

miércoles, 22 de mayo de 2013

Faustino, el policía retirado y el pedigüeño.

Tenían los ojos mirando hacia los platos,con cada mano sostenían un cubierto. Sin saber si empezar a comer o no.Una de ellas preguntó a su padre si podían empezar a comer.Pero éste estaba demasiado ocupado hablando en general a su mujer,a las hijas y al resto de las personas que moraban el restaurante.
La otra hija le preguntó de nuevo la misma pregunta que su hermana,pero él no las escuchaba.Hablaba de otros tiempos,de cuando él estaba en la policía,y todo lo que hablaba era respondido por él mismo.
La madre asintió con la cabeza mientras tanto a las niñas,para que empezaran a comer,al tiempo, el padre se pegaba un buen trago de su Rioja favorito: un Faustino I. Nadie mas que él hablaba en la mesa.
Después de tomar otro buen sorbo,se  le quedó bastante sucio el bigote y la mujer se dispuso a limpiárselo con su servilleta.
-Déjame coño!! que estoy hablando.Siempre con tus manías...y vosotras dos,sentaros bien que parecéis dos jirafas atontadas.-El mismo se reía de su gracia.
Las hijas seguían comiendo y mirando sus platos.
Entró un hombre raro,con una ropa bastante vieja,pero limpia,y se dirigió a la barra;llevaba dos bolsas de viaje bastante antiguas  Parecía cansado,como si hubiera andado mucho después de un largo viaje.Iba algo despeinado.Se sentó en un taburete a esperar a que le sirvieran.
El policía retirado lo vio y en voz mas alta de lo que ya estaba hablando, exclamó:
-Y encima dejan ya entrar a cualquiera en un restaurante decente,si no te digo yo...-Y prosiguió dirigiéndose al camarero:
-Anda Esteban,ponle un vino de esos baratos que tendrás por ahí y que se vaya pronto ese señor,que me ponen enfermo los pedigüeños estos,y no te preocupes que lo pago yo.
Las niñas hacían como si miraran al plato al comer,pero estaban mirando de reojo al "pedigüeño".
El prosiguió con su monólogo en  su mesa y bajando un poco el tono de voz dijo:
-Al hombre se le nota su clase por el buen vino que bebe.Cuando te vale cualquiera tienes tu vida arruinada.-
Esteban se dirigió al hombre raro y le preguntó lo que deseaba,que lo invitaba el señor del bigote.El hombre pidió un Faustino I y una tapa de ensaladilla.
Se tomó la tapa y tras dar un sorbo de vino dejó la copa y pidió un vaso de agua.
Antes de marcharse, se dirigió al policía,le agradeció la invitación y le dijo que le preguntara a Esteban con qué vino rellenaban las botellas de Faustino I,porque ese vino estaba muy lejos de ser un Rioja...y se marchó.
El policía quedó sin saber que decir y enseguida empezó a decir mas de lo mismo que estaba diciendo.
La mujer cansada de tanto renegueo le dijo a su marido que ese andrajoso pedigüeño fue profesor de piano de su hija Marta y de su hija Raquel antes de que él las sacara del conservatorio,hacía ya dos años.

sábado, 2 de febrero de 2013

El chico nueve. (relato)

Jonás iba dando un paseo por el campo a finales de Enero,la tarde era soleada y le vino una mezcla de olores entre la flor del almendro y la flor de la aliaga. Ese olor le hizo sonreir; de repente se acordó de su adolescencia y cuando en ella decidió ser el "chico nueve".

Todo comenzó así:
Jonás siempre había sido un chico diez en el colegio y demás menesteres de su vida, aunque eso le molestaba porque a veces y muchas lo trataban de manera diferente.Eso le hizo desarrollar unas habilidades sociales muy grandes para integrarse bien en los grupos.
A mitad del curso del año que decidió ser un chico nueve entró una chica nueva a su clase: Noelia. Ella era alta y delgada (no como su madre) y llevaba unas gafotas muy raras.
Desde el primer día y gracias a Adán ya la conocían como "la látigo".
A Jonás desde el primer momento le atrajo mucho su manera de andar (sobretodo),de coger las cosas y de abrir su cartera.Se fijó en sus manos y le parecieron las manos perfectas para manipular todas las cosas bonitas existentes en este mundo.
Noelia era muy introvertida y se vio muy aislada del grupo...
Él se acercaba a ella porque algo le decía que les unía ese mismo algo que tuviera ella...  y tuviera él,pero Noelia respondía como si se tratara de uno más que la aislaba del grupo.
Llegó la segunda evaluación.Y el primer examen fue de lengua castellana.Al día siguiente dieron los resultados y Jonás como casi siempre sacó un diez,la máxima nota de la clase.Noelia sacó un 9,8,(tuvo una falta de ortografía) y el grupo reforzó a Jonás y se puso mas aun en contra de Noelia.Algunos como Adán,hasta le comento lo siguiente:
-Látigo,eres empollona, pero no tanto como nuestro Jonás...si te cambiaras las gafas...
A Jonás no le hizo ninguna gracia, ni esta broma, ni la actitud del grupo ante Noelia, pero tampoco se lo podía recriminar al grupo; le costó mucho trabajo y tiempo ser uno de ellos. Pero Jonás sin aun saberlo ya estaba enamorado de Noelia.
El segundo examen fue de matemáticas (el fuerte de Jonás) y al día siguiente dieron las notas. Ya se había convertido en el chico nueve.Noelia sacó un diez (la máxima nota).El ambiente de clase quedó enrarecido, ella sabía que algo bueno había pasado para sí y hasta el profesor quedó pensativo...
Así un examen tras otro Jonás sacaba un nueve.
Noelia empezó a fijarse en él,al ver la reacción del grupo ante un fenómeno extraño que estaba pasando.Se dio cuenta de lo que estaba haciendo el chico nueve.Se estaban acercando...
El último examen fue el de pretenología, que no era examen en sí,consistía en entregar un trabajo.Se trataba de una leja que hacía esquina,de luterma con decoración libre.
Aquí Jonás no se podía dejar una pregunta adrede o fallarla e hizo el trabajo con mucho entusiasmo,dedicación y gusto. A la hora de la entrega y evaluación,los trabajos estaban en los pupitres de cada cuál. El profesor echó un vistazo por encima y no pudo evitar pararse en la leja de Jonás;sin pensarlo la cogió y se la llevó de muestra.La puso encima de su mesa para que le sirviera de referente para evaluar las demás.Entonces se dirigió a la clase diciendo que ese día nadie iba a sacar un diez,porque el mejor trabajo era el de Jonás y Jonás era un chico de nueve y el que lo igualara sacaría un nueve al igual que él.Y si alguien tenía alguna duda que le preguntara a Jonás, que tan bueno era en matemática,el tipo de cuentas que llevaba él,que a veces era mas importante dejarse un puntito para conseguir otra cosa que valiera mas la pena...
Jonás se puso muy contento con ese nueve(la máxima nota) porque no tuvo que errar nada adrede y estaba preocupado por si el profesor le evaluaba con un diez.Él se dio cuenta mucho mas tarde que el profesor lo hizo para rendirle homenaje a su estrategia.
Ese mismo día se puso tan contento que le dijo a Noelia si quería dar una vuelta con él.Y la dieron por el campo...


Desde hace ya un tiempo Noelia no está y Jonás solo sale entre mediados de Enero y Febrero a pasear por el campo...cuando florecen los almendros y las aliagas...

jueves, 24 de enero de 2013

Con un par de huevos solucionó el problema (relato)

Era el verano del año dos mil cinco,mitad de Julio concretamente.
Andreas vivía en una pequeña avenida al este de Palermo. Una ola de calor acechaba a Sicilia, el sur de España y el norte del Magreb.
Era por la noche y dormir o poder conciliar el sueño era casi imposible.Casi todas las ventanas de su zona,que mas bien era humilde,estaban abiertas intentando cazar y tragarse alguna bocanada de aire que pudiera refrescar las casas y a sus inquilinos.Andreas era uno de los que tenían los ventanales de par en par abiertos.
Todas las mañanas se levantaba a las cinco para ir a su puesto de frutas que tenía en el mercado.
Antes lo hacía un día si y otro no,pero desde que murió su cuñado Luca afrontaba el negocio él solo.
Ese martes,hacia las doce y media de la noche,después de conseguir conciliar el sueño despertó repentinamente y no precisamente por el calor,sino por el ruido de unos ciclomotores que iban de allí para acá acelerando y desacelerando, acompañados de unos griteríos y risas bastante vulgares e irrespetuosos con la vecindad.Andreas cogió la almohada y se tapó la cabeza,pero no hacía efecto para poder evitar las molestias.Intentó olvidarse de ello para poder dormir,pero no lo lograba.Al poco tiempo salió su vecina del primero,(él vivía justo encima),la señora Lucía a su ventanal con la intención de dirigirse a los chavales que habían abajo dando voceríos y arrancando y acelerando los ciclomotores.Eran siete:cinco chicos y dos chicas y tres ciclomotores.En un banco habían dos chicos y dos chicas y los tres restantes subidos cada uno en sus respectivos ciclomotores,pero sólo era uno el que lo arrancaba y aceleraba en ese momento.
La señora Lucia que tenía unos setenta y largos años, después de observarlos un rato y aprovechando algo de menos escándalo intentó explicarles que estaban armando muchísimo ruido y les pidió por favor de no hacer tanto ruido.
Una de las chicas,al instante de oírla comentó a voces entre sus amigos:
-Mira la vieja ésta también!!!!
A lo que saltó el chico del ciclomotor arrancado y dirigiéndose a la Sra. Lucia:
-Métete para dentro vieja!!!!No vaya a ser que te coja manía que va a ser peor...
A lo que el resto del grupo acompañó con notables carcajadas y mas comentarios por el estilo.
La señora Lucía sólo pudo soltar un "sinvergüenzas" y para sus adentros e inmediatamente se metió para dentro medio-asustada.
Andreas que lo estaba escuchando todo se levantó indignado inmediatamente de la cama,con un enfado increíble,y con el sueño que tenía,casi sin pensarlo se fue hacia el frigorífico,cogió dos huevos,se asomó al ventanal y los lanzó uno detrás del otro hacia los chavales,dando en la diana en su totalidad,porque el que mas o el que menos vio sus ropas sports salpicadas por claras y yemas de huevos frescos de mercado.
Andreas inmediatamente lanzar los huevos retrocedió dos pasos para atrás,escondiéndose en la oscuridad de su salón,para que no adivinaran de dónde venían el par de huevos.
Los chicos al ver tanta ventana abierta y no saber de dónde procedía la amenaza y ataque emprendieron la huída del lugar,cagándose en su mala suerte.(Imaginaron todos los ventanales escupiendo huevos).


Andreas se fue a la cama a descansar pensando:"con un par de huevos..." Y medio sonriente quedó durmiendo.